TALASOPONIENTE
Existe un lugar que se confunde con el mar. Donde puedes ir con el sol de verano o dejarte acariciar por la luz del otoño. Tiene distintas piscinas, algunas de agua salada, y cuando te sumerges el cuerpo entra en otra dimensión…
Talasoponiente está en mi querida Gijón, y se ha erigido como una opción para el turista y para el residente, para el que está de paso y para el que se queda. Se ha convertido en un lugar de relax y bienestar y también en un centro deportivo si se quiere ir más allá…Pero, sin duda, una de sus mejores cosas es ¡lo que pueden llegar a disfrutar los niños, porque también está pensado para ellos!
Además de las piscinas, con chorros, polivalentes, y cueva con cortina de agua…Hay dos toboganes (uno más grande y otro más pequeño) donde los chiquitines darán rienda suelta a sus ganas de libertad y, aunque se pueden bañar en todas las piscinas, hay una específicamente infantil.
Las piscinas de agua salada tienen unos beneficios en los que no me había parado a pensar en profundidad y ¡son magníficos! Sobre todo ayuda a los niños y bebés con cosas que os van a encantar:
El agua del mar les ayuda a flotar mejor por lo que se sentirán más seguros y aprenderán más. Fortalece las defensas y ¡ayuda a eliminar sus mucosidades!
Y aún hay más actividades para ellos: Celebración de cumpleaños, La mar de salaos…
Una de las piscinas comunica con el exterior y la sensación es un puro contraste, eso de respirar el aire de la playa, sea invierno o verano, desde un agua cálida ¡es una experiencia que hay que probar!
Y han incorporado danza, pilates…Todo con unas vistas…
Lo podeis disfrutar todo el año pero yo no lo dejaría mucho que, con suerte, ¡todavía podéis en la terraza!
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