IV.»Puli», un monstruo morado y peludo. Parte 3
Rosana traía a Pantufla casi a rastras y entraron a trompicones en el jardín. No estaba dispuesta a que se pasara la hora de la merienda, el momento favorito de la bolita peluda para posarse en su barriga. Cuando Pantufla lo vio llegar, con las pelanas al viento, soltó una gran risotada. Veras Rosana esto [...]