PARA LA NOCHE DE REYES
Historias del año de la estrella
Me leí este libro una tarde-noche de tren que venía de Ávila tras impartir un Taller de Cuentos en la Universidad para futuros profesores de Magisterio. Estaba algo cansada, contenta pero con la cabeza llena de ideas y un pelín abotargada. No sabía lo que iba a dar de sí mi lectura, me gusta disfrutar de las palabras, las ideas, las letras que a veces resuenan y ese día no sabía si sería capaz pero lo intenté…
De inmediato entré en el mundo mágico del Mago de la Palabra. Grandísimo personaje que a modo de narrador oral te va sumergiendo en las más bellas historias jamás oídas. Entré de lleno y ya no podía salir, estaba atrapada como Mateo, el niño de este cuento que escucha todas aquellas historias como el único alimento de la vida. Yo también me alimenté de ellas y el libro duró lo que duró mi viaje, apenas una hora y media. Solo que ya casi no me dolía la cabeza y me encontraba más ligera aunque estaba repleta de sensaciones, las que me había producido El Contador de Historias…
Así fue como Mateo conoció a un marino llamado Simbad o al intrépido Aladino y a muchos más personajes que traía y se llevaba el viento. Pero sin duda la historia que marca el libro y que se queda en el corazón de todo el que la escucha, porque aunque estemos leyendo tendremos el espejismo de estarlo oyendo, es el misterio de los Tres Reyes Magos.
El Mago de la Palabra asigna a Mateo una misión. Para que la lleve a cabo primero ha de revelarle el misterio y enseñarle algunas herramientas sin embargo lo fundamental es tener un mano inocente, esa será su principal fuente de sabiduría.
Como ocurre en los cuentos maravillosos, Mateo necesita de todas esas historias para estar completo, para agrandar su mundo. ¿Para que sirven si no los cuentos?
Fernando Alonso teje una historia cargada de otras historias, leyendas y cuentos. Teje una historia cargada de sueños, magia y oralidad. Teje una historia tan irreal como real que nos acercará sin miramientos al corazón de Mateo porque podría ser el nuestro o el de nuestros hijos o el de cualquier niño.
Por cierto… ¿Cómo ese escapa de un sueño? El Mago le enseña y nos enseña a dominarlos…
Gracias Fernando, libros como este perduran en el tiempo y en nuestra piel.
Recomendado a partir de 10 años.
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