ENTRE ABUELAS Y REYES

De la mano de Ekaré, os traigo dos historias poco convencionales y al mismo tiempo divertidas, originales, sugerentes e imaginativas.

«Memorias de una abuela apostadora»

La abuela de esta historia no es como las demás.  Al menos no es la imagen al uso que tenemos de todas las abuelas.

O ¿acaso conocéis muchas abuelas que enseñen a jugar al póker a su nieta? ¿o que les cuenten a sus nietos qué hacer en caso de que los cosacos invadan su casa?

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Claro, es que esta abuela nació en Rusia y huyó a América hasta que desembarcó en Brooklyn, Nueva York. Y luego empezó a tocar la balalaika y Luis, el plomero, se prendó de ella y le pidió que se casaran. Y todo eso marca…marca la diferencia. Porque juntas iban al cine, a la montaña rusa y a tomar a restaurantes chinos.

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Resulta que el abuelo consiguió trabajo reparando cañerías para un gángster muy importante. Y ocurrieron más cosas hasta que esta abuela y esta niña empezaron a pasar muchas horas juntas. La abuela tejía y tejía; chales, bufandas, medias…Y mientras le daba consejos, ya sabéis poco convencionales…

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De esta manera, se fue conformando esta familia tan especial, al menos así se lo contó la abuela a su nieta, y, al menos, así lo recuerda la pequeña…Por encima de todo, recuerda que a su abuela lo que más le gustaba era apostar y ganar, para eso era una abuela apostadora.

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Espero que disfrutéis con este refrescante y entrañable relato sobre las memorias de una abuela que no era como las demás…

Edad recomendada de 6 a 8 años.

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«El pequeño Rey» Maestro Repostero

Y otra historia diferente. Este Rey, a simple vista, tampoco es como los demás…Y, muy importante, queremos saber más sólo con ver la portada, una portada que invita a entrar como si fuéramos a mirar por unos prismáticos. Enseguida surgen las ganas de navegar por más páginas, todo un logro.

El Pequeño Rey está harto de comer compotas, quiere cocinar nuevos platos y se busca unos pinches un poco pecualiares: ¡bichos!

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Lo más alucinante es como esos cocineros-bichitos se van convirtiendo en ingredientes para pasar a ser croquetas, albóndigas

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Pero ya la transformación es total cuando esos primeros cocineros, luego ingredientes pasan a ser ¡comensales!

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Y el Pequeño Rey, Maestro Repostero, de nuevo tiene que volver a comer ¡compota!

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Una historia impregnada de matices y metamorfosis, pero, sobre todo, un canto al juego tanto en la creación literaria con el la lectura. Una invitación a investigar, a probar otras formas, otros modos…Una invitación a reír y a sonreír.

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Recomendado a partir de 4 años aunque ya con 2 disfrutarán muchísimo de los juegos de palabras, exclamaciones, onomatopeyas…¡Puede ser una fiesta contar este cuento en voz alta!

www.ekare.es