Una historia de amistad…

¿Has tenido alguna vez un amigo tan especial que quisieras pasar todas las horas del día con él? ¿Has tenido alguna vez una amiga diferente a la que le podrías contar tus ocurrencias más inconfesables? Bien, pues eso les pasa a Lena y Theo. Y, alguna vez, ¿Has tenido la imperiosa necesidad de que te digan que te quieren? Pero, por más que lo intentas y lo deseas, no ocurre. En lo referente a esta cuestión, eso le sucede a Theo.

Theo y Lena viven en Terruño Mathilde, un pequeño pueblo de la costa noruega. Theo tiene tres hermanos. A Minda, su hermana mayor, sus padres la adoptaron en Colombia, después viene Magnus y por último, su hermana pequeña Caracola. El abuelo de Theo, está algo «loco», digamos que acompaña a nuestros queridos protagonistas en sus travesuras, y claro, ellos le adoran.  Theo y Lena hacen muy buenas migas con el abuelo y la tía abuela, de la que hablaremos más adelante. Por el contrario, Lena no tiene una familia tan numerosa. Vive sola con su madre y por encima de todo, le gustaría tener un papá. No parará hasta que lo consiga, como si tiene que poner anuncios para lograrlo.

El verano es un buen momento para inventar las cosas más disparatadas, en eso es experta Lena. Los días se alargan y pueden montar en tirolina hasta el anocher, hacer fiestas en la playa, cantar en coros, o comer los corazones de gofre de la tía abuela que sin duda, «son lo mejor del mundo, de verdad, de verdad». La tía abuela es la única capaz de evadir a los chicos de ideas endiabladas con ese aroma a chocolate que desprenden sus pilas y pilas de gofres. Además cuenta unas historias increíbles sobre la guerra y lo que es legal y lo que no donde al final algunos asuntos no quedan muy claros.

Sin embargo, el periodo estival no puede ser eterno. La vuelta al colegio y el otoño traen consigo algunos acontecimientos más tristes a los que Lena y Theo tendrán que enfrentarse ¿Lo conseguirán juntos? ¿Qué ocurre cuándo echas mucho de menos a alguien? ¿Cómo hacer para que tu mejor amiga regrese? ¿Y qué pasa ahora con los corazones de gofre? ¿Quién les podrá ayudar con todas estas preguntas? ¿Tienen respuesta? Y…¿Será Lena la mejor amiga de Theo? ¿Le dirá por fin lo que tanto desea oír?

De Maria Parr hablamos hace justo un año por su obra Tania Val de Lumbre http://www.tirandodelrizo.com/que-leo-ninas-libres/ que nos deleitó con esa niña libre, rebelde y pelirroja que vivía en un lugar cubierto de nieve donde lo más divertido era montar en trineo, hacer cabriolas en la nieve y chinchar al viejo Klaus Hagen, dueño del único camping de Val de Lumbre que odia a los niños. Corazones de gofre es su primera obra y tiene algunas similitudes, sobre todo esa forma de narrar que parece que estamos viviendo en primera persona lo que piensa y siente el niño. De nuevo, un entorno rural en el que todo es posible, donde la infancia aspira a ser más feliz.

Las ilustraciones de Zuzanna Celej invitan con su armonía a entrar en este reino. Siempre un acierto.

Felices Lecturas.

www.nordica.es

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